Recién llegados del hospital el primer día, es verdad que fuimos nosotros a ver a los padres, pero era normal, es el primer bebé de sus hijos, son por primera vez abuelos, claro está que estuvimos poco tiempo ya que entre el cansancio y el tema del Covid, no pudimos hacer otra cosa.
Pero van pasando los primeros días, uno o dos no creáis que pasaron muchos y como es razonable en ocasiones ya empezaron las visitas a casa; tíos, abuelos, primos, amigos ya querían ver al pequeñito.
Digo en ocasiones, porque mi parto no fue muy tranquilo que digamos y los médicos me dieron el alta solo si estaba de verdad en reposo absoluto en casa.
Total que entre eso, el humor que los primeros días sobre todo cambia bastante, no estaba muy por la labor de que viniera mucha gente a casa, quién entrase por la puerta me lo comía.
Con las restricciones del Covid me libre un poco y también de gente que sabía que tenía que descansar y que vendrían más tarde a visitarnos.
Si que es verdad que estuvieron poco tiempo, y según iban pasando los días yo estaba de mejor humor, más fuerte y al bichito ya se le controlaba mejor.
Y ahora que tengo al niño controlado, a las fieras de las perras controladas, la casa arreglada y yo feliz como una perdiz, no ha vuelto a venir tanta gente a casa; en fin la ley de Murphy.