No estoy gordo, estoy hermoso

Me encanta, como me supongo al resto de padres; ver a su bichito arregladito, guapo, crecer. Ver cómo ese pequeño bultito se está convirtiendo en todo un señorito o señorita.

Para tí, ese bichito cada día está más guapo, tan guapo que le explotarías los mofletes a besos. Y como me supongo te encanta pasearlo y que la gente te pare y te diga lo bonito que está, que sanito se ve y que grande está ya (crecen por días).

El «kit» de la cuestión, es cuando esos piropos que le dicen no son muy de tu agrado ( aunque sabes que normalmente no van con ninguna malicia).

Por ejemplo; que te digan que qué «salao» es tu bebé (a mi sinceramente no me gusta mucho), todos sabemos que es más bien decirle » es gracioso, pero no es tan guapo como tú te piensas», vamos decirle feo de una manera maquillada.

Pero a nivel personal, el que menos me gusta y no sé porqué, es decirme que mi bebé está «gordo». Porque hay muchas formas de decirlo, he oído como me lo han dicho de forma cariñosa, de forma graciosa, pero la que no aguanto es a la forma con la cuál se quieren referir a él, como si no parará de darle de comer y fuera a reventar.

Y como lo sé por el comentario que me dicen » madre mía cómo está de gordo, no le des tanto de comer»(más claro agua); puede ser que esto ocurra porque mi bichito cuando nació era un mico, pesó muy poquito y de golpe y porrazo ha puesto todo lo que tenía que poner y está grandecito.

Pero no señores míos (los que hacen esos comentarios con malicia), no está gordo está hermoso (como dice mi amiga Irene), gordos estarán ustedes, que se les ve bien «salaos».

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